Venecia

Mis fotografías mostran una Venecia poco conocida : muy íntima, fuera de los clichés y de los circuitos turisticos; y también una Venecia de noche, secreta, perdida en la obscuridad y el silencio.

Por esta razón, Venecia parece quiza un poco ireal y fuera del tiempo con sus callejuelas tortuosas alumbradas con misteriosos reverberos, palacios pareciendo flotar sobre los canales, puentes tensos hacia un mundo invisible, góndolas majestuosas resbalando entre postes coloreados, plazas familiares, jardines románticos, y tantas maravillas escandidas... Venecia es suave, tan suave.

También sus más hermosos palacios no están hostiles :  la fachada de la Cà d'Oro otrora cubierta de una capa de oro fino, da a un pórtico afable y gracioso, y a un encaje de ventanas cinceladas. Le gusta poner su mano en las gruesas piedras de ángulo blancas de las casas patricias, o en los ladrillos afelpados y tiernos de las paredes bañando en el agua.

Hay siempre escalones hundiendo en los canales, y donde se puede soñar - los ojos perdidos sobre las olas pequeñas que vienen a acariciar la piedra, mientras una góndola silenciosa pasa en la sombra de un puente.

Los amantes se sientan en el parapeto de piedra de los puentes, y charlan, observando sin verle el canal, con sus casas largas y estrechadas, su luz rasante que se retrasa sobre un balcón desbordante de verdura y donde se oye venir como la queja de un viejo piano.





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